Hace catorce años el ESMAD recalzaba sus municiones oficiales con canicas de vidrio… Una de ellas fue recuperada en la autopsia de un estudiante atacado en una protesta, pero ni la canica ni las comunicaciones de la policía existen hoy, se perdieron del almacén de evidencias.

La fiscalía y la policía han intentado cerrar el caso en tres ocasiones, pero la mamá lo ha impedido, pues la investigación no ha identificado siquiera al autor el disparo que mató a su hijo.

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