Aunque la UNP negó haberle asignado esquema de protección a la mujer que, con hábitos de religiosa y un megáfono, acompaña concentraciones proselitistas de Álvaro Uribe, ahora admite que ésta tiene guardaespaldas desde el año pasado.

La UNP se lo asignó como dirigente de una organización llamada CRIPA, visitamos su sede en la que no hubo respuesta y hablamos con sus vecinos ninguno de los cuales recuerda haberla visto por allá.

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