Como muchas haciendas de la sabana de Bogotá, la presidencial de Hato Grande tenía como residentes a una empleada de servicios generales y a un administrador… Pero a éstos les llegó de Presidencia una resolución de destitución y un camión para sacarlos con sus corotos.

Ellos nunca tuvieron ningún llamado de atención ni recuerdan ningún reclamo del presidente, su familia o sus invitados y, como desconocen los motivos de su insubsistencia, interpusieron una tutela para que la Presidencia explique porqué los dejó si techo ni empleo en plena pandemia.

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