Los hijos de las reclusas terminan siendo las víctimas de las condenas que pesan contra ellas, pues en su ausencia quedan desprotegidos. El congreso tramita una iniciativa para evitarlo.

La iniciativa tiene como fundamento un estudio que demuestra que la mayoría de ellas está en prisión por delitos menores a los que las condujo su pobreza y vulnerabilidad.

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